Entrevista en El Diario.es/Galicia – La economista Miren Etxezarreta, catedrática de la UAB, ofreció una conferencia en la Semana Galega de Filosofía sobre la «estrategia del olvido en el capitalismo».
La economista Miren Etxezarreta, catedrática de la UAB, ofreció una conferencia este martes en la Semana Galega de Filosofía sobre la «estrategia del olvido en el capitalismo». Experta en Economía Agraria y en el sistema público de pensiones, actualmente participa activamente en diversos movimientos sociales, y en particular en el Seminario de Economía Crítica TAIFA dedicado a promover la crítica de la Economía convencional, la formación de economistas jóvenes y la divulgación crítica de temas económicos de actualidad a través de la publicación de Informes de Economía Crítica. Es también habitual leer sus artículos en Rebelión, Le Monde Diplomatique o en Público y fue muy comentada su intervención ante el Parlament de Catalunya en 2011 en el marco de las protestas del 15M. En el contexto de unas jornadas que giran alrededor de la memoria, afirmó que para el capitalismo «la memoria constituye poco más que una rémora que puede motivar unos gastos y actitudes no generadores de beneficios, y cuya incidencia debe reducirse a la menor expresión».
En su conferencia defendió que «la memoria en el capitalismo o se ignora, o resulta orientada a cooperar al logro de los objetivos del sistema económico existente». ¿El capitalismo emplea la desmemoria como instrumento?
Afecta sobre todo a la inmediatez de los resultados. Frente a la memoria, en el capitalismo importa el presente inmediato, el capitalismo obliga al consumo permanente y continuo. En contraposición, van apareciendo grupos de gente que apuestan por prácticas de producción y consumo alternativas. Supone una forma de oposición al capitalismo a través de la generación de ámbitos de autonomía y de formas de hacer diferentes.
Usted es experta en el sistema de pensiones. ¿Su crisis es tan grave como nos dicen desde el Gobierno?
El sistema de pensiones público depende mucho del mercado de trabajo porque en el contexto español son las cotizaciones de los trabajadores en activo las que pagan las pensiones de los jubilados. Si se deteriora el mercado de trabajo -tenemos seis millones de parados y seguramente aumentarán-, eso es un peligro para el sistema de pensiones, si se mantiene el mismo sistema tal y como está. Desde el Gobierno lo que están haciendo es replantear el sistema sobre la base de reducir el gasto. Todas las medidas se dirigen a ese objetivo: reducir las pensiones del futuro. Esto será así si realmente se quiere que sea así, pero no hay ninguna razón por la que las pensiones se tengan que pagar sólo con las cotizaciones de los trabajadores, en muchos países se pagan las pensiones con impuestos generales. El tema de las pensiones es básicamente una cuestión de distribución de las rentas y de la riqueza del país. Es un tema político, no de inviabilidad. Porque yo podría decir “más inviable es el ejército”, pero el ejército se paga con impuestos. El día que el ejército lo paguen los soldados o los generales podremos comenzar a hablar de inviabilidad. Si se quiere que las pensiones las paguen sólo unos trabajadores que cada día son menos puede haber problemas, pero tampoco tan graves como nos quieren hacer creer.
¿Se intenta beneficiar a los planes privados de pensiones?
La razón de esos discursos y de las propuestas de revisión del sistema de pensiones es un intento a nivel mundial de potenciar las pensiones privadas. Las pensiones privadas son un ámbito enormemente goloso para los mercados financieros, son unas bolsas de capital que las entidades financieras quieren manejar. Se lleva hablando de las pensiones privadas desde mucho antes de esta crisis. En 1994 el Banco Mundial ya elaboró un informe que afirmaba que las pensiones públicas eran inviables. Y siguen diciendo lo mismo, porque es un discurso falaz, hecho de medias verdades. Es cierto que si cada día hay menos trabajadores habrá más problemas para financiar las pensiones, pero también es verdad que se podrían financiar a través de los impuestos si hubiera un sistema de impuestos decente.
Las pensiones privadas necesitan más capital que las pensiones públicas porque hay que reunir más de 250 mil euros de cotizaciones para poder tener derecho a la pensión mínima cuando tengas 65 años. A ver qué trabajador puede ahorrar esa cantidad para una pensión privada. Y para tener una pensión media de 850 euros, que es la media de la pública, habría que tener 750 mil euros. Además, esos fondos privados están invertidos en bolsa y ya vemos lo que está pasando con la bolsa. Lo que pasó aquí con las preferentes puede pasar con el dinero que está invertido en acciones. Decir que las pensiones privadas son la solución para lo que está pasando con las pensiones públicas es una mentira. Se dice que las pensiones son un problema porque se quiere generar un nuevo tipo de negocio para el sector financiero. Pero las pensiones privadas corren tanto o más peligro que las públicas.
¿El discurso es parecido a la defensa que se hace de la austeridad como única solución, en vez de apostar por fórmulas para obtener más recursos?
Incluso el discurso oficial está cambiando. Por ejemplo, la señora Lagarde ya dijo que los programas de ajuste no son suficientes para resolver el problema. Y la mayor parte de los analistas coinciden en que estas políticas están empeorando la situación de los países en crisis. En el caso del Estado español, tenemos una economía absolutamente colapsada. Es evidente que esa no es la solución.
¿Tienen base real los optimistas discursos que hablan del alejamiento de la posibilidad de un rescate y del inicio de la recuperación?
Tenemos una economía que no tiene capacidad productiva, que tiene una altisima deuda, y además los programas de ajuste no hacen más que asfixiar la poca capacidad que se podía tener de gestionar la deuda -no de pagarla, porque la deuda es impagable-. La economía española está in articulo mortis. ¿Es cierto que de momento se está pudiendo eludir el peligro del rescate? Bien, de momento sí. Pero ya veremos qué pasa, porque somos tributarios de lo que pase en otros países. Si pasa algo en Chipre, nos afecta, se pasa algo en Alemania, nos afecta. Vivimos en la economía global y a los débiles a economía global nos afecta más.
Yo no creo mucho en eso de que «ya pasó lo peor», porque no sé donde se van a integrar seis millones de parados. Puede que se comience a producir un poco más, pero eso no resuelve el problema del paro. Llevamos mucho tiempo diciendo que el año que viene llegará la recuperación y el año que viene no llega nunca. Y creo que el 2014 tampoco va a ser de recuperación. Y además hay que pensar «recuperarse de donde?». Estamos muy abajo. Caimos mucho ya, por ejemplo en salario o en bienestar. Si recuperarse es comenzar a funcionar un poco, aun nos faltaría subir otra vez toda esa cuesta para volver al lugar en el que estábamos, si alguna vez llegamos allí.